En los últimos años, el mundo del cacao ha experimentado una profunda transformación. El concepto bean to bar —que se traduce como “del haba a la tableta”— se ha convertido en sinónimo de calidad, sabor auténtico y producción artesanal. Pero ¿qué significa realmente este término y por qué ha captado la atención de los consumidores más exigentes y del público gourmet?
Bean to Bar: más allá de un concepto
A diferencia del chocolate industrial, donde los granos de cacao pueden proceder de múltiples orígenes y el proceso de fabricación está altamente mecanizado, el chocolate bean to bar se elabora directamente a partir del grano de cacao, controlando cada etapa de su producción. En este sentido, bean to bar hace referencia al proceso completo de elaboración: selección del cacao, fermentación, tostado, molienda y, finalmente, creación de la tableta.
Este enfoque permite resaltar los matices de sabor únicos de cada origen, que pueden ir desde notas frutales y florales hasta tonos más terrosos o especiados. Elaborado en pequeños lotes y procedente de plantaciones reducidas, el chocolate bean to bar se centra en destacar la calidad y el sabor natural del cacao. El trabajo de los chocolateros consiste en conocer a fondo cada tipo de cacao para potenciar todas sus cualidades. A diferencia del chocolate industrial, el bean to bar suele incluir únicamente cacao y azúcar (de caña o de remolacha), sin añadir grasas ni aditivos artificiales, manteniendo la excelencia del cacao de origen.
Una tendencia gourmet en crecimiento
El bean to bar no es solo una técnica, sino una filosofía que apuesta por la transparencia, la sostenibilidad y la calidad. Cada vez más consumidores buscan experiencias más cualitativas y auténticas, por ello están dispuestos a asumir un precio que reúne un comercio justo y sostenible con la dedicación de lo artesanal, que garantiza el origen y trazabilidad. El público interesado en este tipo de chocolate suele ser gourmet, apasionado por el sabor y atento a los detalles del proceso de elaboración.
Sinergias con el café de especialidad
El mercado tiende cada vez más hacia un consumo donde se busca la calidad y especialidad, algo visible en productos como el vino, el chocolate o el café de especialidad. En este contexto, el chocolate bean to bar encuentra en el café un aliado natural. Ambas industrias comparten valores similares: la cuidadosa selección del grano, los procesos precisos de fermentación y tostado, y la búsqueda constante de perfiles de sabor únicos. Maridar chocolate con café permite descubrir nuevas dimensiones aromáticas, donde la acidez, el cuerpo y las notas del café realzan las cualidades del cacao, creando experiencias sensoriales excepcionales.
Diversos proyectos están explorando esta fusión entre café de especialidad y chocolate bean to bar. Un ejemplo es Nica Specialty Coffee, cafetería que mantiene una exclusiva colaboración con el obrador Cacao en Broma. Juntos ofrecen una suscripción mensual que incluye un café y un chocolate diferentes cada mes, permitiendo realizar catas únicas a lo largo del año. Esta edición está limitada a solo 99 personas, lo que refuerza su carácter exclusivo.
Además, la sinergia entre el chocolate bean to bar y el café de especialidad también se refleja en los eventos. En CoffeeFest Madrid 2025, el mayor festival europeo de café, donde participaron reconocidos obradores como Kankel Cacao, Glad o Essenzo Cacao. La presencia de estos expositores en un evento de tal relevancia confirma la unión creciente entre ambos mundos, y todo apunta a que la edición de 2026 contará con más propuestas y sorpresas para los amantes del chocolate y el café.
El futuro del chocolate artesanal
El bean to bar es mucho más que una tendencia pasajera; representa un regreso a la esencia del chocolate, al respeto por el origen y la calidad. Su creciente popularidad refleja un cambio en los hábitos de consumo: los consumidores actuales valoran el sabor auténtico, la transparencia y la conexión con los productores, además de disfrutar de la experiencia de combinarlo con otras delicias como el café de especialidad. Así, cada tableta se convierte en un viaje sensorial que comienza en el grano y culmina en el paladar.