La coctelería no es solo un arte, es un campo en constante evolución, donde las tendencias marcan el paso y la demanda de opciones veganas ya no es una novedad, sino un estándar. Olvídate de esa idea de que un buen Ramos Gin Fizz o un Irish Coffee necesitan sí o sí clara de huevo o nata. El mundo de la mixología ha encontrado alternativas tan buenas que, incluso si no eres vegano, te sorprenderá lo que puedes hacer sin sacrificar ni un gramo de sabor ni de calidad.
Adiós, clara de huevo
La clara de huevo es la reina de las texturas espumosas en cócteles clásicos como el Whisky Sour, pero, spoiler: ya no es la única opción. En el reino vegetal, el aquafaba, el líquido que queda después de cocinar los garbanzos, se ha convertido en el sustituto por excelencia. ¿Lo mejor?
Monta como una campeona y no deja un sabor extraño en el trago (si lo usas bien, claro). Si no te fías de los frascos en conserva, puedes hacerlo en casa con solo cocer garbanzos, dejando que el líquido repose y espese. Te dura una semana en la nevera, perfecto para tu próxima tanda de cócteles. Si buscas algo más profesional, hay proteínas vegetales en polvo que también hacen el truco, pero ojo, la dosis correcta es clave para evitar que tu cóctel se convierta en un experimento fallido.
Lácteos: versiones vegetales con el mismo efecto
¿Quién dijo que los cócteles cremosos como el Brandy Alexander o la Piña Colada necesitan lácteos? La leche de avena y almendra están aquí para quedarse, y lo hacen con cremosidad, sin alterar el perfil del cóctel. La avena, en particular, tiene el equilibrio perfecto entre grasas y
proteínas, lo que permite que se integre sin hacer travesuras como separarse o crear texturas extrañas. Si prefieres la leche de almendra, busca la versión «barista», que tiene un poco más de grasa para lograr una emulsificación de campeonato. Esto cobra especial relevancia en cócteles como el Irish Coffee, donde la textura cremosa es tan importante como el equilibrio de sabores. Una buena combinación de leche de anacardo con un toque de crema de coco puede replicar a la perfección la untuosidad del clásico half and half, aportando cuerpo, fluidez y una redondez en boca que no tiene nada que envidiar al original.
Y si hablamos de milk punch, la cosa cambia un poco. Este cóctel clarificado utiliza leche para atrapar impurezas y obtener una bebida cristalina. ¡Pero no te preocupes! En el mundo vegano también se puede. La leche de avena es ideal para este proceso de clarificación, y las versiones «barista» no solo sirven para emulsionar, sino que también aportan una suavidad que hace que el resultado final sea limpio y brillante, con un sabor profundo. La coctelería vegana no solo se adapta, también marca tendencia.
Miel: buscando alternativas
Aunque no es el ingrediente más usado, la miel es esencial en cócteles como el Gold Rush o el Bee’s Knees, donde su dulzura intensa y su textura densa son casi parte de la firma del trago. Sustituirla no se trata solo de encontrar algo dulce: se trata de mantener esa complejidad que aporta cuerpo y profundidad al conjunto. Aquí es donde entran en juego opciones como el jarabe de agave, el de arce o incluso el de dátil. Cada uno tiene una personalidad distinta: el agave es limpio y herbal, el arce añade notas tostadas y terrosas, y el dátil aporta una riqueza casi licorosa, con ecos de caramelo oscuro. Elegir el adecuado no solo resuelve el dilema vegano: abre la puerta a nuevas interpretaciones del cóctel original, a variaciones que pueden ser incluso más interesantes que la receta tradicional. No es solo un sustituto: es una invitación a repensar el sabor desde otro lugar.
Licores y clarificados: lo que pocos revisan
Y aquí viene el truco de magia: no todos los espirituosos son veganos. Aunque pueda parecer que los destilados y vermuts son solo alcohol y botánicos, muchos se clarifican con ingredientes de origen animal como gelatina, albúmina o caseína. Estos no permanecen en el producto final, pero forman parte del proceso, y eso también cuenta. Si eres de quienes prefieren que el cóctel sea coherente de principio a fin, conviene revisar etiquetas y optar por marcas que utilicen métodos alternativos como el carbón activado o la arcilla bentonítica. En el caso de los licores cremosos —como el licor de crema irlandesa— el asunto es más evidente: suelen llevar lácteos. Pero por suerte ya existen versiones veganas elaboradas con leches vegetales que no solo cumplen, sino que compiten en sabor y textura con sus contrapartes tradicionales.
El Bloody Mary: sin ingredientes animales, igual de bueno
El Bloody Mary es otro cóctel que, aunque no lo parezca a primera vista, esconde un truco en su salsa Worcestershire: la receta tradicional incluye anchoas, haciendo que este cóctel no sea apto para veganos. Pero no te preocupes, que no cunda el pánico. Existen salsas Worcestershire veganas que sustituyen las anchoas por ingredientes como salsa de soja, vinagre de malta, tamarindo y melaza. Y si te atreves a ser un poco más creativo, el miso puede hacer su magia, aportando ese sabor umami que el Bloody Mary necesita. Además, si te gustan los sabores más profundos, el tamari o la salsa de hongos son opciones fantásticas que te harán disfrutar de un cóctel más complejo y completamente vegano.
Clásicos adaptados: evolución sin sacrificar su esencia
La coctelería es un arte que, como todo arte, evoluciona. Y no se trata de hacer que todos loscócteles sean veganos, sino de ofrecer opciones que mantengan la esencia del original sin comprometer la calidad. Al final, la magia está en los ingredientes que elegimos y en cómo los
usamos. Y si el resultado es delicioso, créeme, nadie preguntará si el cóctel es vegano o no. Así que brindemos, con un cóctel clásico o uno renovado, pero siempre bien hecho.