Nouvelle Vague, coctelería número 86 en los The World’s 50 Best Bars, organizó en Tirana el evento aMUSEus, una celebración del papel de la mujer en la industria del bar. Ocho mujeres que lideran algunas de las más importantes barras europeas viajaron desde cinco ciudades diferentes para participar en una interesante mesa redonda sobre los retos que todavía enfrenta el sexo femenino en este sector.
Arina Nikolskaya, creadora de Shift Project y del Nomad Bar Show y una de las 100 personas más influyentes según Drinks International, moderó esta mesa redonda con profesionales venidas de España, Grecia y Portugal. Todas las panelistas declararon haber entrado por casualidad en el sector de la hospitalidad, para ganar algo de dinero mientras estudiaban en la universidad. El mundo del bar es todavía visto como un trabajo juvenil, temporal y poco prestigioso, especialmente para las mujeres, a las que se espera que al madurar acaben cuidando de sus hijos y su casa y tengan un trabajo diurno y “decente”. Sin embargo, todas ellas quedaron enamoradas de una profesión que les permitía viajar, hacer comunidad, compartir su cultura y conocimiento y aprender de los demás.
Visibilidad y oportunidades para las mujeres
Manon Kapfer, Bar Manager de Avra Four Seasons Astir Palace Hotel de Atenas, abrió el debate reivindicando la importancia de hablar de estos problemas públicamente en vez de intentar ocultarlos o ponerles parches, “hay que dar visibilidad y voz a las mujeres de la industria para que las chicas que empiezan tengan role models reales a las que seguir”. Sin embargo, algunos organizadores de eventos dicen que quieren incluir mujeres pero que les cuesta encontrar speakers femeninas. La razón de este contrasentido la apuntó acertadamente Arina, “las mujeres se venden más baratas como expertas y se infravaloran”. Esto tiene un nombre en psicología: “the confidence gap”.
Este fenómeno explica por qué a pesar de que las mujeres estudian más y sacan mejores notas, logran menos puestos de responsabilidad que los hombres. Un estudio de HP demostró que las mujeres solo solicitan ascensos si cumplen con creces el 100% de los requisitos mientras que los hombres se atreven a postularse solo con un 60% de las aptitudes necesarias. Un estudio de la Columbia Business School descubrió que los hombres valoran sus capacidades un 30% por encima de la realidad. Las mujeres en general consideran que no están preparadas e infravaloran sus talentos. Esta es una de las razones de que los congresos, ferias y materclasses estén llenas de ponentes masculinos. Los hombres no dudan en ocupar esos espacios ya sean excelentes o mediocres y es importante revertir este fenómeno.
A esta falta de confianza en nosotras mismas, se suman otros motivos más prácticos de sobra conocidos. Las mujeres siguen liderando los cuidados y necesitan conciliar. La hostelería es complicada y los horarios nocturnos lo agravan. Como afirmó Manal Ouardane, PR & Communications Manager de Salmón Gurú, “tiene que haber un balance vida-trabajo para todos; en Salmón gurú pasamos de trabajar 16 horas diarias, 6 días a la semana, a librar 3 días”. Además, un mejor ambiente de trabajo y condiciones favorables a la conciliación y el crecimiento personal son grandes argumentos para la atracción de talento, “hay que rechazar oportunidades que vayan a ser malas para ti a medio plazo, ser más selectivos; quizás estés rechazando el que crees que es el trabajo de tus sueños pero puedes ganar en cosas más importantes”, afirmó Manon. Mientras, Margarita Sader, directora creativa de Paradiso, proponía trabajar juntos para lograrlo: “hay que trabajar para hacer que el mundo sea mejor para las generaciones venideras, apoyarse en los hombres para compartir las tareas y los cuidados. Necesitamos la implicación de toda la industria para cambiar las cosas”.
Otro estereotipo que lastra la industria es pensar que las mujeres lo van a hacer mejor en la sala y los hombres en la barra, lo que también repercute en el prestigio de cada posición en el bar. Según Margarita, “si rotas a la gente en todos los puestos, respetan y valoran más el trabajo de los demás. En Paradiso lo hacemos y todos se entienden mejor, venden mejor y eliminan estereotipos y prejuicios de género. No es bueno que la gente compita entre sí y sienta que unos trabajos son más importantes que otros”.
Las mujeres como jefas
“Si una flor no florece, la culpa es del entorno, no hay que culpar a la flor. Debemos crear oportunidades para las mujeres”. Con esta metáfora, Agapi Petropoulou, Bar Manager de A for Athens en Atenas, abrió la discusión sobre las dificultades que tienen las mujeres para alcanzar la máxima posición en un bar. Manon Kapfer lo confirmó explicando su experiencia en ese país; ella es francesa y cuando se trasladó a Grecia para trabajar como Bar Manager en un prestigioso hotel se encontró con actitudes muy machistas. No se creían que fuera la jefa y le preguntaban si no tenía que ir a casa a cuidar de su marido. “No hay que cambiar quién eres para contentar a los demás. Las palabras se usan en contra de las mujeres; cuando tienes carácter, te dicen que eres demasiado emocional”.
Sin embargo, Agapi dice que por su experiencia “las mujeres managers tratan mejor a los nuevos, los hombres quieren que sufran igual que sufrieron ellos cuando empezaron. Las mujeres manejan mejor el conflicto y los bares dominados por mujeres son diferentes; ellas son más organizadas. Hay hombres que lo que les gusta en realidad es la noche y la juerga. Lo importante es evaluar las capacidades y la actitud de la persona sin mirar el género”. Así como Manon tiene en su equipo más mujeres que hombres, en Salmón Gurú en Madrid son prácticamente el 50%. “Si el Bar Manager es mujer, le da más oportunidades a otras mujeres. En nuestro bar fue Mel (Da Conceiçao, su Bar Manager) la que abrió la puerta a que entraran más mujeres. Nosotras sentimos que es nuestra responsabilidad dar oportunidades a otras”, afirmó Manal. La sororidad es muy importante para romper estos prejuicios y facilitar el acceso de la mujer al trabajo.
Por la noche, estas grandes profesionales junto a Candela Trigo, bartender en Salmón Gurú; Emilie Mette Lillelund, Bar Manager de Paradiso; y Flavi Andrade, Bar Manager en Rossio Gastrobar en Lisboa, ofrecieron un increíble guest shift en las dos barras de Nouvelle Vague. Sofokli Cali, su propietario y número 81 en la lista de las 100 personas más influyentes del sector según Drinks International, afirmó que lo que más le había emocionado era ver a jóvenes albanesas alucinar con el talento, éxito y confianza en sí mismas de las invitadas e incluso pedirles autógrafos. Ellas son un ejemplo a seguir para la siguiente generación. Sofokli organiza desde hace años en Nouvelle Vague guest shifts con profesionales internacionales de primer nivel porque ha comprobado su enorme utilidad para la industria del bar de Albania. Sirven para que tanto los clientes como los profesionales puedan ver lo que se hace en otros países y hacer crecer la oferta y la demanda de coctelería. El turismo en Albania se está desarrollando en estos últimos años rápidamente y, con él, la oferta de bares y restaurantes.
Diversos estudios conducidos por empresas e instituciones como Goldman Sachs o la Universidad de Columbia, concluyeron que las empresas que tienen más mujeres que hombres entre sus filas son más rentables que su competencia. Este sector es todavía muy masculino, pero afortunadamente cada vez encontramos más mujeres con un altavoz que son ejemplo para otras. Esperamos que se vayan viendo cambios en la industria y la sociedad que nos pueden llevar a compatibilizar y compartir los cuidados para que todos podamos brillar. Sigamos trabajando para lograrlo.