19 Nov El resurgir de las coctelerías de hotel
Hasta hace poco, la función de las coctelerías ubicadas en los hoteles de Madrid era dar servicio a los huéspedes y diseñar su oferta para satisfacer a ese cliente cautivo. En los últimos meses, están apareciendo propuestas que intentan atraer al público local y cambiar la manera en la que entendemos y vivimos estos espacios. Aprovechando la pasada Madrid Cocktail Week, hemos hablado con profesionales que trabajan o han trabajado en coctelerías de hotel que son parte de este cambio de enfoque.
La clientela
Los bares de hotel, especialmente los de negocios o de categoría superior, tienen una ventaja que no tienen otros locales: cuentan con un buen volumen de público cautivo. Ya sea porque tienen poco tiempo, no les apetece arriesgarse a recorrer el barrio o quieren relajarse un rato, la mayoría de huéspedes visitan en algún momento de su viaje el bar del hotel, especialmente si su oferta es atractiva. En algunas ocasiones, incluso esa visita supone la primera impresión que se va a llevar de la ciudad.
Al tener un porcentaje tan alto de clientes internacionales, que normalmente supera el 70% del total, la oferta del bar debe adaptarse a ese público. Por un lado, es un cliente más acostumbrado a consumir coctelería y destilados, por lo que los bartenders deben dominar las recetas clásicas y contar con una buena selección de productos. La gran variedad de procedencias obliga a los hoteles a tener una oferta amplia de destilados que quizás se consumen menos en nuestro país pero que los extranjeros demandan, ya sea porque los consumen habitualmente o porque los consideran algo típico español.
Por otro lado, el cliente internacional es un cliente exigente, que valora mucho un servicio de calidad, pero que se encuentra de vacaciones y está más abierto a probar cosas sin mirar tanto el precio. El público nacional siempre ha considerado que los bares de hoteles eran muy caros, además de aburridos, y últimamente estamos asistiendo a un replanteamiento de su oferta. Los precios se equiparan a los del resto de locales y sus propuestas se dan a conocer en revistas y medios para atraer al público local, una tendencia que parece que empieza a cuajar.
El ambiente
Los bares de hoteles pertenecen al departamento de Food&Beverages de la compañía y, como servicio que son, deben estar alineados con la estrategia de marca y posicionamiento del hotel. La decoración y el ambiente juegan un papel muy importante en la definición de la propuesta e imagen global. Por este motivo, los procesos son menos flexibles que en otro tipo de locales – lo que puede ser algo frustrante para algunos bartenders – pero habitualmente supone también menos presión de tiempo y facturación.
Una de las ventajas que tienen los bares de hotel es que, en ocasiones, cuentan con servicios adicionales que hacen más atractivo el bar. Una piscina, una terraza con vistas increíbles, música en directo, DJ… estos extras son alicientes para que el público madrileño decida tomarse una copa en estos espacios. La piscina del Hotel Emperador o de La Terraza del Óscar son ya paradas obligatorias para sentirse de vacaciones en el centro de Madrid.
Otra baza a su favor que tienen los grandes hoteles es una inmejorable ubicación y espectaculares vistas desde su terraza que, hasta ahora, eran un lujo exclusivo para huéspedes. La terraza del Ginkgo Sky Bar o la del Picalagartos Sky Bar se encuentran ya en todas las listas de mejores vistas de Madrid. Al final, el trago es la guinda del pastel para el cliente local que busca un entorno y un servicio espectacular para estar con sus amigos.
¿Qué aporta un bar de hotel al madrileño?
Como hemos visto, un gran número de hoteles han empezado a diseñar una oferta diferente y a comunicar su propuesta con el objetivo de atraer al público local a pesar de que, lógicamente, su cliente mayoritario siga siendo el huésped del hotel y el turista. Pero, ¿qué podemos encontrar los madrileños en un bar de hotel?
Después de haber hablado con varios profesionales (gracias Luca Anastasio, Byron Vinueza, Sergio Caro, Max Vázquez e Igor L. Montero por su tiempo), creo que para un cliente local, las ventajas que tiene un bar de hotel frente a uno independiente se resumen en dos: un ambiente extremadamente cuidado y relajado con elementos adicionales como buenas vistas o piscina y una oferta de destilados y coctelería más amplia, más internacional y, habitualmente, con un bartender que dispone de más tiempo para aconsejar.
Veremos qué camino toman todas las propuestas que han abierto en los últimos tiempos y si esta nueva categoría de local se consolida entre los madrileños con una oferta diferenciadora. Mientras, en la Madrid Cocktail Week habrá más de 15 coctelerías de hotel para conocer y disfrutar. Brindemos por ello.
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