Vinos fortificados: origen, tendencia y procedencia

Los vinos fortificados vuelven a estar en boga y están marcando tendencia en el sector líquido. Sin embargo, no todos los consumidores conocen su origen y sus principales características. Hoy os explicamos qué son, qué los define y por qué está aumentando su consumo en los últimos años.

Los vinos fortificados, también llamados fortalecidos y generosos, son aquellos a los que se les ha añadido alcohol vínico para aumentar su graduación. Para ello, se emplea la técnica del encabezado, que consiste en agregar brandy antes o durante el proceso de fermentación. El resultado es un vino con una graduación alcohólica que oscila entre el 15 % y el 25 % y que, en función del momento en que sea fortificado, puede resultar seco o dulce. Cuanto antes se añada el alcohol, más dulce será; cuanto más tarde se añada, más seco resultará.

Origen

En cuanto a su origen, se desconoce la fecha exacta en la que aparecieron los primeros vinos fortificados, pero lo que sí sabemos es que, en la época de Al-Ándalus, los árabes dedicados a los viñedos de Jerez ya fortificaban los vinos con fines medicinales. Sin embargo, fue a partir del siglo XVII, gracias a los ingleses, cuando se extendió esta práctica con el propósito de estabilizar el vino para que resistiera los cambios de temperatura y humedad durante el transporte marítimo. Esta característica convirtió a los vinos fortificados en una opción muy apreciada para la exportación y el comercio internacional.

Vinos fortificados nacionales

España es uno de los principales productores de vinos fortificados, destacando Andalucía como la región líder en su producción. Concretamente, las zonas nacionales donde más vinos generosos se elaboran son Jerez-Xérès-Sherry, Málaga, Condado de Huelva, Montilla-Moriles y Ampurdán. A nivel mundial destacan otras regiones, como Oporto (Portugal), Marsala (Italia), Banyuls (Francia) y Chipre. Estos vinos, además de su profunda riqueza histórica y cultural, han desarrollado características únicas debido a los métodos de crianza y los tipos de uva utilizados en cada región.

La tendencia

Una de las razones por las que los vinos fortificados están experimentando un resurgimiento en popularidad es su versatilidad en la gastronomía y la coctelería. Su complejidad de sabores los hace ideales tanto para disfrutarse solos como para maridar con una amplia variedad de platos. Además, la mixología moderna ha redescubierto estos vinos como ingredientes esenciales en cócteles sofisticados, aportando profundidad y matices que los diferencian de otros destilados.

Otro factor que ha impulsado la tendencia de los vinos fortificados es el interés creciente por los vinos con historia y tradición. Los consumidores buscan experiencias más allá del consumo, y los vinos generosos ofrecen un vínculo con la historia, la cultura y las técnicas de vinificación ancestrales. Además, su capacidad de envejecimiento los convierte en una inversión atractiva para coleccionistas y entusiastas del vino.

Los vinos fortificados han sabido reinventarse y encontrar su lugar en el mercado actual. Su riqueza histórica, su versatilidad y su creciente presencia en la gastronomía y la mixología los han convertido en una opción cada vez más apreciada por expertos y aficionados. Si aún no los has probado, este es el momento perfecto para descubrir todo lo que estos vinos pueden ofrecerte.

Redacción
Redacción Neodrinks_
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