01 Jul Vinos submarinos.
Poco más de diez años llevan los vinos submarinos en el mercado despertando especial interés, también en España. Los proyectos enológicos de bodegas subacuáticas se asientan sobre un afán de exclusividad. Llaman visualmente la atención, tienen una historia detrás pero también un coste.
Sumergidos a más de diez metros en jaulas o bloques de hormigón entre seis y varios años para completar su maduración, estos vinos, espumosos incluidos, forman arrecifes artificiales mientras sus botellas se recubren de vida. Que proliferen dependerá de los resultados de más investigación. Sin luz, en suspensión y mecidos por las olas, sustituyen el silencio y la quietud por el ruido y el movimiento. A temperatura constante, los cambios de presión podrían conseguir vinos más oxigenados. Los procesos podrían acelerarse. La influencia marina alegraría el color, afectaría a la complejidad de aromas y redondearía la estructura.
Por ahora, los vinos submarinos representan una oportunidad de ampliar la oferta, un paso más allá en la innovación, una estrategia de marketing a la espera de mayores certezas científicas, y un plan diferente de enoturismo.
Sin Comentarios